INALAF
Infantes de Marina ARA - ARCH potenciando capacidades

En el Fuerte Aguayo se respiran camaradería y ganas de trabajar. Es el jueves 22 de agosto y los Infantes de Marina de la Armada Argentina llegan a Chile para dar comienzo a la séptima versión del ejercicio combinado Inalaf, cuyo nombre significa “junto al mar” en lengua mapudungún. Los 60 Infantes de Marina chilenos y argentinos buscan lograr la total integración entre ambos países. Con ese objetivo en mira, comienzan con las actividades operativas.
Se oyen tiros, pasan efectivos corriendo. Un grupo mira atento a ambos lados del camino durante las patrullas; un poco más allá otros se internan en el terreno. Durante una semana, todo es agitación y movimiento mientras realizan combate cuerpo a cuerpo, combate urbano y actividades ofensivas que los mantienen en vilo, de día y de noche.
Una vez finalizada la edición 2013 del Inalaf, el Teniente 1° José Ignacio Aguirre de la Armada de Chile, Oficial de Control del ejercicio, comentó que las tareas se enfocaron, principalmente, en actividades donde los hombres tenían que tomar decisiones. “Estamos trabajando con profesionales capacitados, por lo que todo salió bien”, aseguró.

Para el Guardiamarina Renzo Pizarro de la Armada Argentina, Jefe de Sección de los argentinos desplegados, este ejercicio fue “muy beneficioso, sobre todo para adquirir nuevos conocimientos. Hay cosas que son muy similares, pero hay otras que son distintas y que se pueden poner en práctica en un futuro”.
Similar opinión tiene el Subteniente Aarón Vega, Comandante del pelotón chileno. “Les mostramos cómo trabajamos y ellos nos han dado a conocer su experiencia en operaciones en el área urbana. Todo esto lo podremos aplicar, por ejemplo, en la Fuerza de Paz Cruz del Sur”, aseguró.
En el transcurso del ejercicio la integración fue fundamental para cumplir con el objetivo del entrenamiento. Por ello, los Infantes de Marina trabajaron primero separados por batallón y luego, integrados; la coordinación y disposición a entrenar en conjunto jugó un papel preponderante para obtener un balance positivo.
Además del trabajo en el terreno, los participantes compartieron actividades recreativas. Partidos de fútbol, una visita al Museo Naval y un recorrido turístico por Viña del Mar y Valparaíso conformaron las principales instancias de camaradería fuera del ejercicio.
“Independientemente de la buena experiencia durante el entrenamiento, también logré amistad con los chilenos. He encontrado buenos camaradas y agradezco la oportunidad de haber podido trabajar juntos en este ejercicio”, manifestó el Cabo Principal Cristián Delgado, de la Armada Argentina.
Como conclusión, el Sargento 2° Reinaldo Aranguez, perteneciente a la Armada chilena, redondeó: “Si bien aplicamos las técnicas de distinta manera, todos queremos cumplir con el fin último que es sacar adelante el ejercicio y realizar la misión que se encomendó”.