En marzo se conmemoraron los 100 años de una de las más fascinantes historias navales ocurridas durante la Primera Guerra Mundial, cuando el 14 de marzo de 1915 fue hundido en Juan Fernández el famoso crucero "Dresden" de la Marina Imperial Alemana, que después de escapar ileso de la batalla naval de las Islas Malvinas, fue sorprendido fondeado en la bahía de Cumberland por los cruceros ingleses "Glasgow" y "Kent" y el transporte "Orama", que lo buscaban afanosamente por los mares de Chile.

Al divisar en el horizonte la presencia de las unidades inglesas, la tripulación del "Dresden" se preparó para el combate enarbolando en la popa el Pabellón Imperial. A las 08.30 horas los buques ingleses se colocaron en línea de batalla y rompieron el fuego exigiendo rendición, lo que fue negado por el comandante alemán.

Éste, ante la imposibilidad de combate, ordenó abrir las válvulas y hacer estallar la santabárbara con el fin de que el enemigo no se apoderara de su buque, el que se hundió envuelto en llamas, resultando varios tripulantes muertos. El resto se asiló en la isla.

A bordo del "Dresden" habían 16 oficiales y 300 tripulantes, entre los cuales se encontraba el famoso Almirante Wilhem Canaris, de connotada actuación en hechos histórico de la Segunda Guerra Mundial. Al conocerse la noticia, días después del combate, llegaron al lugar los navíos de la Armada chilena, los Cruceros "Ministro Zenteno" y "Esmeralda", que transportaron a los sobrevivientes a Valparaíso, para llevarlos luego a la Isla Quiriquina, en la bahía de Concepción.

La tripulación alemana permaneció internada en la isla hasta 1919, lugar donde la Armada de Chile se preocupó de sus necesidades logísticas, buenas acomodaciones, en agradable estadía y manteniéndolos informados sobre el desarrollo de la guerra. Al término del conflicto y según lo relata Sergio Stone Valenzuela, muchos marinos alemanes se quedaron en Chile. Cerca de 60 de ellos formaron familias con chilenas.

Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R) Armada