El 12 de abril quedará grabado para siempre en la memoria de todo el país, como el día en que se produjo uno de los peores incendios de la historia de Valparaíso. Lo que comenzó como un incendio forestal, se propagó rápidamente al área urbana arrasando con cientos de viviendas ubicadas en los cerros del Puerto Principal de nuestro país.

Una vez que se decretara el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe y que el Comandante en Jefe de la Primera Zona Naval, Contraalmirante Julio Leiva Molina, asumiera la Jefatura de la Defensa Nacional para Estado de Catástrofe, la Armada de Chile ha estado prestando apoyo en diversas tareas que se le ha asignado. 

Es así como las Unidades y Reparticiones de la Armada del área de Valparaíso, se volcaron de inmediato a las distintas labores de apoyo en el control del fuego, así como en la ayuda a los damnificados. La Brigada Anfibia Expedicionaria y el Comando de Fuerzas Especiales, al mando del Contraalmirante IM Tulio Rojas, asumieron el resguardo de la seguridad y el orden público desde el primer momento, y todas las Unidades y Reparticiones de Valparaíso se organizaron y realizaron apoyo en distintos sectores afectados, ya sea colaborando en las labores de resguardo del orden público, de remoción de escombros en los cerros siniestrados o seleccionando donaciones en los centros de acopio.

Dentro de la Institución se vieron afectadas muchas familias que han recibido todo el apoyo necesario por parte de la Armada. Además, se instaló en la Dirección General del Personal un centro de coordinación para obtener el detalle del personal institucional que fue damnificado y afectado por el incendio.

Posterior al incendio, la Primera Zona Naval, con el apoyo de las dotaciones de las unidades de la Escuadra colaboraron, en primera instancia, en la remoción de escombros y la selección de las diferentes donaciones que llegaron a los distintos centros de acopio. Luego, los esfuerzos se volcaron en la construcción de viviendas de emergencia, tarea que se ha cumplido en forma eficiente, contando con el apoyo logístico de la Dirección General de los Servicios, a través de sus mandos dependientes.

Por su parte, la Dirección de Sanidad ha participado a través del envío de Psicólogos a terreno, con el fin de atender las necesidades del personal naval afectado. Además, se aumentó la dotación de profesionales de la salud en el Hospital Naval de Viña del Mar, con el objetivo de atender al personal institucional que colaboró en este siniestro. Asimismo, se procedió a la inmunización de las partidas de apoyo, a lo que se sumó el trabajo de los Enfermeros Navales, quienes prestaron sus servicios al personal que trabajó en terreno.

La Dirección de Bienestar de la Armada, en conjunto con el Departamento de Bienestar de Valparaíso, asumió la tarea de apoyo en esta catástrofe, orientada al frente interno y externo. Es así como en este último apoyó en la implementación del Gimnasio Naval de Valparaíso como albergue, en el cual se recibió un promedio de 50 personas diarias, a las que además se les alimentó durante su permanencia. Por otro lado, con su personal, apoyó a las diferentes partidas en la remoción de escombros y acopio y clasificación de donaciones, trabajo realizado en conjunto con las voluntarias de la Fundación Blanca Estela.

También en el ámbito externo, la Dirección de Bienestar dividió su accionar en dos etapas: la primera de de ellas, correspondió a la contención de la emergencia, la cual se realizó en coordinación con la Dirección General del Personal, lo que permitió catastrar rápidamente al personal naval afectado.

Durante la segunda etapa, que correspondió a mitigar la emergencia, los esfuerzos se centraron en dar solución al problema habitacional del personal, a través de la asignación de casas fiscales a  quienes por reglamentación les corresponde, y un subsidio para los afectados, a lo que se sumó la entrega de un kit básico para amoblar los nuevos hogares de quienes constituyen familia directa, los que consideraron cama matrimonial y otra para cada hijo, refrigerador, cocina, estufa, lavadora, aspiradora, horno microonda y un juego de comedor. Esta ayuda se pudo realizar gracias a las donaciones voluntarias de todo el personal naval a lo largo de nuestro país, que una vez más demuestra que en los momentos de mayor dificultad, la Familia Naval es generosa cuando de apoyar a su personal se trata.