Especial 10 años

Latitud 10

En 10 años de la publicación se anudó el relato del mar y la comunicación institucional en el camino de la confianza y cooperación mutua trazado por ambos países en las últimas tres décadas.

Imagen foto_00000001La Cruz del Sur es una constelación que señala con su luz el Hemisferio Sur. Son cuatro estrellas que vistas desde el mar guían el paso de los marinos por las aguas australes y les brindan confianza al navegar.

No es casual que un marino haya sido quien la descubrió y la bautizó y que sean también marinos quienes, inspirándose en ella, fundaran la primera revista binacional naval de la región: Latitud Sur, una nueva referencia de integración entre las Armadas de Argentina y Chile.

En 2006, los entonces Capitanes de Fragata Roberto Ulloa y Sergio Bascuñán ocupaban cargos en Comunicación Institucional de las Armadas de Argentina y Chile respectivamente. Ellos se encontraron en Mar del Plata para la Conferencia Naval Interamericana que organizó la Armada Argentina. En una charla informal surgió la idea de proponer a las conducciones superiores de las Armadas la posibilidad de hacer una revista combinada.

“Teníamos la convicción que desde la comunicación se podía fortalecer mucho el conocimiento mutuo y desde ese lugar incrementar la confianza. Como consecuencia de esa conferencia surgió un acta que daba el puntapié institucional para avanzar con el proyecto. Esa noche festejamos la iniciativa con carne argentina y vino chileno”, relató el Comandante Ulloa.

“Esto fue una ‘idea loca’ que pudo haber quedado sólo en eso, pero se pudo llevar adelante y hoy, estamos celebrando los 10 años de este lindo proyecto. De este modo, Latitud Sur nació con el objetivo de acercar a ambas Armadas, en el sentido de que el marino chileno supiera que estaba haciendo su par al otro lado de la cordillera y viceversa”, comentó el Comandante Bascuñán.

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El primer equipo de Latitud Sur en 2006. Marinos y comunicadores en el cierre de edición en Chile.

“Latitud Sur surgió como un espacio de comunicación y ya lleva una década donde el mar, el sur y el servicio público a nuestros países son los ejes en torno a los cuales giran los contenidos. La experiencia es muy positiva porque fue alcanzando aquel objetivo inicial de acercar posiciones y construir confianza desde la comunicación”, se explayó Ulloa.

“Cuando surgió la idea de hacer esta revista, teníamos la visión de que si se mantenía, siempre iba a ser positivo, nunca lo contrario. Sin dudas, suma un granito más a la confianza mutua que existe entre nuestras instituciones”, contó Bascuñán.

El nombre de la publicación fue el primer paso de consenso, porque marcó el lugar desde donde la revista mira al mundo y es mirada. Transcurrieron los primeros 10 años de Latitud Sur y detrás de ella una gesta de amistad e integración que la sustentan. Construir confianza entre dos Armadas es un camino que no tiene fin.

El mensaje desde el mar

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Reunión de trabajo en 2012. El equipo de Latitud Sur 7 junto a autoridades navales argentinas y chilenas de la época.

La primera revista binacional de la región y del continente americano se lanzó en 2006. Se armó un equipo con profesionales de ambos lados de la Cordillera de los Andes, de las revistas Gaceta Marinera (Armada Argentina) y Vigía (Armada de Chile) que empezaron a pensar el proyecto a la distancia. Desde un primer momento primó la confianza y un clima de amistad y cooperación que siempre se mantuvo y sigue siendo una de las marcas registradas del proyecto.

Ese año, Jimena López Montes era coordinadora de Medios de Gaceta Marinera cuando escuchó por primera vez hablar del proyecto y pensó: “Estamos trabajando de igual manera con el equipo de comunicación de Vigía de Chile, así que mientras transcurría la Conferencia Naval Interamericana se armó un proyecto que siguiendo la política que se estaba dando de intercambio y sumado a las operaciones en el mar, todo quedaría plasmado en una revista binacional”.

El primer ejemplar de la revista Latitud Sur se editó en octubre. Esa vez los hermanos chilenos fueron anfitriones así que el equipo argentino se trasladó a Santiago de Chile. El staff binacional trabajó intensamente de principio a fin durante una semana; como era el primer número se ocupó de realizar el proceso de producción y de edición trabajando juntos en una misma mesa de redacción, diseño y fotografía.

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2010, argentinos y chilenos en pleno trabajo.

Al quinto día de trabajo se presentó la primera revista al Subjefe del Estado Mayor de la Armada de Chile de aquel entonces, Contraalmirante Robert Gibbons, y el gran impulso fue al momento del lanzamiento de Latitud Sur en Exponaval 2006, que contó con la presencia de la Presidente de Chile, Michelle Bachelet.

A partir de entonces, en un rumbo con pasos firmes y concretos, se consolidó una historia de colegas y amigos que abordaron la palabra para unir fronteras. Fue al unificar, lograr consensos, compartir, incrementar la confianza y cooperar que, del intercambio profesional y humano, fundaron juntos los ideales de la primera revista binacional.

Las voces del equipo

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Valparaíso fue el escenario de la puesta en común de la 9° edición de Latitud Sur.

El equipo de profesionales plasma el mensaje en primera línea acompañando a los hombres y mujeres de las Armadas de Argentina y Chile en el escenario que se encuentren desplegados: navegan en buques, operan en el terreno con la Infantería de Marina, vuelan con la Aviación Naval o se sumergen en una operación submarina.

En ese equipo, Mariana Osca fue responsable de editar la voz argentina desde 2007 a 2013, de recuperar el registro de chilenos en su tránsito por el país. “Nos propusimos que el producto Latitud Sur fuera uno y logramos hacer un lenguaje común muy fluido e integrado y en ese punto nos ayuda la pertenencia a las Armadas”.

Daniela Rosa fue la contraparte chilena de Mariana desde 2007 a 2012. Para ella, “resultaba muy interesante poder trabajar con gente que fuera de otro país. Uno comparte cultura con ellos (Argentina); aunque no los conozcas en un principio, hay una forma de trabajar y de pensar muy similar. No hay ninguna diferencia entre profesionales de un país y otro”.

Al respecto Mariana agregó: “Ponerse la camiseta de la Institución, expresar el trabajo de nuestros hombres y mujeres en el relato es algo que nos hermana. En estos años de trabajo nos define el consenso que implica un trabajo de ida y vuelta para que podamos transmitir un mensaje único de confianza y hermandad; como profesionales tenemos el desafío de que eso se plasme”.

En tanto Daniela comentó: “El trabajo no era tan distinto a lo que hacía un equipo y el otro. Lo que me parecía interesante era el resultado, la iniciativa de dos organizaciones similares de países distintos, que se unieron y obtuvieron un producto final que circula en dos Armadas vecinas. Es una muestra tangible de que no sólo hay integración en cuanto a ejercicios y operativos, sino también entre personas”.

Junto con el texto, la fotografía busca reflejar los intercambios humanos y de medios entre países. La fotógrafa Silvina Rossello (2006-2010) de Gaceta Marinera aseguró que “para obtener una buena fotografía es fundamental compartir y comprender la vida naval”. En esta dirección Silvina planteó la idea de “poder mostrar los ejercicios y a su gente en acción, del mismo modo en que nosotros lo hacíamos para que la revista combinada tuviera una continuidad fotográfica”.

Así se fue consolidando Latitud Sur como un producto. El desafío del diseño, explicó Mauricio Rossello (2006-2009) de Gaceta Marinera, fue la búsqueda y elección de similitudes que tuvieran los dos países y las dos Armadas. Así encontró que “compartimos el sur y la cordillera, entonces me basé en eso para que sea el eje del diseño y a partir de ahí fui buscando. Así llegué a la Cruz del Sur que formaba el eje, la cordillera, que une a los países como el hemisferio del que son parte”.

La diseñadora de Chile, Andrea del Pinco (2008-2011) destacó que la experiencia fue “muy positiva desde el diseño al representar a dos instituciones y converger en una solución que dejara a ambas satisfechas, ese era el gran desafío de esta área”.

Fruto del intercambio humano, Mauricio dijo  que  “al  juntarnos fue compartir cada uno lo que quería de la revista, apuntando a romper la estructura con el diseño e impulsando el producto con matices de modernidad”. A lo cual Andrea añadió: “Los resultados materializados en la revista son un espejo de la experiencia humana, donde se dio espacio para trabajar, compartir, disfrutar y conectar con la profundidad de la alianza que nos estrecha al sur del mundo”.

Latitud hoy

Con el correr de los años, la revista ha sufrido modificaciones en sus equipos editoriales, propios de los cambios, los traslados de destino que se suceden en ambas instituciones. Sin embargo, la esencia sigue siendo la misma: dos grupos de marinos, comunicadores, fotógrafos y diseñadores que se han ido complementando hasta transformarse en un solo equipo.

“Latitud Sur ha logrado consolidarse como un producto más en el área comunicacional en ambas Armadas. Es un producto reconocido y que pese al paso de los años, sigue manteniendo su esencia y un equipo de trabajo, independiente de la rotación de personas, comprometido con reflejar en estas páginas la confianza mutua entre ambas instituciones”, contó la periodista de Vigía, Sandra Davanzo, quien se unió al equipo en 2010.

En este sentido, Andrea Carabetta –editora de Gaceta Marinera– señaló: “La primera década de cualquier publicación  marca  un hito que permite mirar hacia atrás y revisar el camino recorrido. Latitud Sur se ha constituido en un nuevo punto de  encuentro entre las Armadas, un punto de encuentro que tiene un común denominador: el lenguaje del mar, además de la posibilidad de contar las historias desde la óptica de periodistas especializados que viven las experiencias con los propios marinos para construir un mensaje que no sólo transmita el hecho sino las vivencias, sentimientos, sensaciones”.

Sandra agregó que “al cumplir 10 años como equipo, quisimos renovar el diseño y hacer algo distinto a ediciones anteriores; algo que marcara un nuevo rumbo de la revista en lo visual” y Andrea agregó: “Estamos trabajando tanto desde la imagen como desde los textos para mostrarle a nuestros lectores un discurso combinado y moderno que refleje las historias de los marinos desde un punto de vista innovador desde lo comunicacional”.

“A lo largo de nuestra historia como revista, ha habido muchos hitos  comunicacionales  que  nos  han  marcado  y   creo   que uno de los más importantes fue la cobertura de la Regata del Bicentenario (2010). Plasmar en nuestras páginas  un  hecho tan importante y emocionante como lo fue la regata, permitió confirmar la estrecha relación entre nuestras Armadas que, además de compartir una historia en común, tienen un derrotero similar”, concluyó Sandra.

Hoy, Latitud Sur resume y comparte los pasos recorridos en 10 años para mirar el futuro pensando en dotar a la revista de un nuevo diseño para continuar el legado de la confianza, amistad y unión.

En esta dirección, el Capitán de Navío Gonzalo Espinosa, Director de Vigía, fue la última incorporación al equipo y ya conocía la publicación. “Había leído la revista y la encontraba muy interesante. Ahora, participar de ella y ver cómo es el proceso de creación, ha sido un gran descubrimiento y a su vez, representa un desafío ya que es una gran responsabilidad mostrar, con una mirada común, las historias de vida de nuestros hombres de mar y su participación protagónica en el accionar combinado de nuestras Armadas, las más australes del mundo”.

Su par argentino, el Capitán de Navío Enrique Balbi, Director de Gaceta Marinera, participa por segundo año en la edición de la revista binacional y aseguró que “tenemos que sentirnos muy orgullosos del derrotero transitado en nueve años y privilegiados por participar del renovado diseño de la 10° edición. Latitud Sur es nuestra marca registrada, que nos incentiva como profesionales a seguir apostando en la comunicación como una valiosa herramienta”.

De este modo, fundar una revista binacional y crear un puente entre Armadas desde la comunicación es un hito y una continuación de todo aquello que venimos haciendo juntos en el mar. La evolución de la revista encontró en la unidad del equipo un ejemplar aliado para continuar contando el relato del mar a las futuras generaciones de marinos, con los acuerdos ganados y unidos para sostener los desafíos que vendrán.