“En esta vida Naval no habría tiempo ni para la monotonía ni el aburrimiento”

La Página del Suboficial Mayor

Imagen foto_00000001Ingresar a la Armada fue el inicio de una nueva vida, llena de vivencias y no exenta de sacrificios, pero a su vez, cautivante, motivadora, de gratas experiencias y mucho aprendizaje.

Mi pasión por la Institución que me acogió me lleva a escribir parte de mi vida, esa que me hizo pasar dos largos años en la Escuela de Artesanos Navales, 20 años navegando en diferentes unidades, y ahora llegando a la cúspide de esta carrera con 35 años en la Academia Politécnica Naval.

Difícil fue al inicio acostumbrarse a nuevas formas, estilos, costumbres y además, marcado esto por la lejanía de los seres queridos. Reconozco que en un principio sentía algo de temor ante lo nuevo, pero pronto me di cuenta que en esta vida Naval no hay tiempo ni para la monotonía ni el aburrimiento. Cómo no recordar a los Instructores, hombres de pocas palabras pero que sabían "hacerse entender" y con el tiempo querer. Vayan mis recuerdos para el Cosaco García. Palabras aparte para nuestro Oficial de División, el Teniente Francisco Espinoza Yañez, su impronta y enseñanzas quedaron marcadas a fuego, mas hoy pasados muchos años me permito destacar la gran amistad que nos une. Mis recuerdos también van a aquellos profesores que tanto estimábamos, pues sus enseñanzas no solo eran académicas y aún perduran en el tiempo, por eso mis agradecimientos a Genoveva Gacitúa y al viejito Medel (Q.E.P.D.) y muchos otros.

Transcurrido el tiempo y una vez contratado, ya con carácter y espíritu fortalecido, puedo agradecer todas esas enseñanzas que más de alguna vez me sirvieron para afrontar con templanza y coraje los difíciles momentos de la vida.

Recuerdo mis tiempos de embarco en muchas unidades, pero hay una de manera muy especial que me formó como un verdadero marino, el AGS Yelcho, en el que navegué por incontables canales, fiordos, pasos, reaprovisionando faros y bases antárticas. En esta unidad se podía ser ingeniero, mecánico, maniobra, patrón de bote, buzo, cocinero y por supuesto y no menos importante, encargado de la limpieza de los baños. Otra de las unidades que marcaron mi carrera fue el petrolero Araucano, donde logré las competencias necesarias para desempeñarme como Oficial de Cargo Petrolero, puesto de mucha responsabilidad, pero de experiencia enriquecedora. También, de "Roma" recuerdo con bastante aprecio y respeto a quien fuera su Comandante, Juan Widow Lira, y por sus requerimientos al encargado del Petróleo del buque "El Jeque", como él afectuosamente me llamaba.

Posteriormente, mi desempeño en la Dirección de Ingeniería de Sistemas Navales amplió mis conocimientos tecnológicos y administrativos, lo que me ayudó para desenvolverme como un buen operador en diversos ámbitos, de los que destaco el Sistema de Administración Logística (Salino). Además, como especialista Mecánico de Máquinas Refrigerante, reforcé y actualicé mis conocimientos técnicos; conocimientos adquiridos de Marinero y Cabo en esta Academia, de la cual hoy soy su Condestable.

Mis agradecimientos también son a mis pilares; esos que me dieron fortaleza, cariño y comprensión, acompañándome con el pensamiento en todas mis singladuras e injusto sería no nombrarlos: ellos son Dios y mi Familia. Carolina, cumpliendo una gran labor como esposa, madre, educadora y realizando innumerables labores que nos han engrandecido. Julio, el hijo que siguiendo mis pasos ya es un gran marino, Oficial ingeniero que se desempeña en el AP Viel.

Casado con Jocelyn nos han dado tres lindos nietos: Julio, Josefina y Joaquín. Rodrigo, otro de mis hijos, también exitoso ingeniero, y Carol, mi hija menor, estudiando odontología en la Universidad de Valparaíso. Hoy más que nunca, cuando los desafíos de los nuevos tiempos en la formación de hombres y mujeres se hacen más complejos, es cuando más se refuerza mi convicción que es un deber y obligación transmitir a las nuevas generaciones todos aquellos valores y motivaciones que me llevaron un día a ser integrante de la Institución, pero no solo por mí sino por todos mis camaradas y por todos aquellos que hicieron de nosotros no solo unos buenos marinos al servicio de la Armada, sino que también unos buenos hombres al servicio de la sociedad y la Patria.

JULIO ESPINOZA CÁCERES
SUBOFICIAL MAYOR
CONDESTABLE ACADEMIA POLITÉCNICA NAVAL