Uno de los símbolos más relevantes que elevaron el prestigio de la Aviación Naval en el siglo pasado, fue exhibido con magnificencia en la Exponaval 2014, lo que constituyó una sorpresa para el público en general al tener ante su presencia al legendario helicóptero Antisubmarino SH-34J, denominado Naval 52, todo un emblema junto al Naval 51 en el quehacer histórico de esta especialidad en los comienzos de sus evoluciones en la ex Base Aeronaval de El Belloto.

Esta aeronave llegó a la Base Aeronaval de El Belloto procedente de los Estados Unidos en 1962. Al año siguiente, llegaría la otra de las aeronaves de este mismo tipo, las cuales pasaron integrar el famoso Escuadrón Antisubmarino de la Marina de Chile, que destacó en el firmamento náutico, al realizar proezas en alta mar en maniobras de apoyo a la Escuadra y operaciones con buques auxiliares de la flota.

Al rememorar tan históricos momentos, que acrecentaron el prestigio y reconocimiento de la Aviación Naval, tanto a nivel nacional como internacional, es de justicia rendir un homenaje de reconocimiento a los primeros aviadores que asumieron la alta responsabilidad en la conducción de estas máquinas equipadas en esa época con avanzados sistemas de control y modernas tecnologías que superaron todas las expectativas en el contexto de la seguridad nacional.

En el argumento general de una trayectoria brillante, deben figurar en un cuadro de honor de la Aviación Naval, los nombres de Oficiales y Suboficiales que en un quehacer histórico como pioneros, en el manejo de los helicópteros SH-34J, cimentaron las actividades de la especialidad y dieron brillo a los ejercicios aeronavales de la Armada de Chile. Sus nombres: Capitán de Corbeta Hernán Rivera Calderón y Teniente 1º José Miguel Infante Fuenzalida, Suboficiales mecánicos Rosendo Rivera Caamaño y Segundo Santana Vidal, y otros tantos distinguidos marinos que merecen los más elogiosos comentarios a un accionar profesional digno de admiración.

Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R) Armada