“El paso firme, la trayectoria llena de respeto y confianza son los componentes para lograr una carrera llena de satisfacciones”

Imagen foto_00000001Coquimbo, mi tierra natal, es una ciudad conectada desde sus orígenes con el pequeño estuvo presente en mi diario vivir y en mis queridos padres Rolando y Rudelinda, quienes junto con entregarme cariño y apoyo, también me incentivaron a postular a la Armada.

Después de haber realizado mis estudios en el Liceo Industrial A-7 de Coquimbo, postulé a la Armada e ingresé a la Escuela de Grumetes (ESGRUM) en 1985, experiencia que fue bien asumida debido a mis ganas de pertenecer a esta institución.  Después de un año y medio fui trasbordado a cursar Afecto a Artillero a la Escuela de Armamentos, donde el estudio, las competencias deportivas y el cañón de desembarco fueron las actividades presentes durante esta etapa de mi carrera.

Luego como Marinero en el Destructor “Portales” me desempeñé como ayudante de 20 mm. y Proyectil izquierdo de la torre N°3 de 5”/38, puestos que fueron relevantes a la hora de tomar la decisión de que especialidad cursar. La experiencia al cubrir un Cañón en combate, el estruendo, junto al resplandor del tiro y el olor de la pólvora mezclado con la adrenalina me hicieron tomar la decisión de ser un Artillero Naval.

Posteriormente, regreso a la Escuela de Armamentos a cursar Mecánico Artillero (1991-1992) donde obtuve el primer lugar del curso de especialidad lo que me produjo una gran satisfacción personal y profesional.

Mi carrera como especialista comenzó con el trasbordo a la Misilera SAAR III Covadonga. El espíritu y la mística de ser misilero mezclado con las doctrinas, reglas y normas de la Escuadra me permitieron forjar mi temple como especialista y marino hasta el día de hoy.

Pertenecer al Centro de Entrenamiento de la Armada (CENTARM) fue un gran desafío y responsabilidad debido a la importancia de mi nuevo puesto como inspector de Área de Cubierta, SS.AA y Oficial de Abordaje. Estos últimos 10 años de intenso trabajo han transcurrido entre bombas de humo, thunderflash, ejercicios de artillería y sobre todo el continuo aporte que significa la labor de apoyo que realiza el CENTARM a las dotaciones.

Todas las destinaciones y cargos que tuve a lo largo de mi carrera naval, junto al apoyo de los diferentes Mandos y Subalternos, me han permitido llegar al final de mi trayectoria y contar con el reconocimiento a mi labor, lo que se traduce en el ascenso a Suboficial Mayor, logro que comparto con mi esposa Beatriz y mis hijos Ítalo y Karla, quienes han sido parte fundamental en esta larga travesía. Mi esposa desde el comienzo de nuestro matrimonio adquirió el compromiso que significa formar parte de la Familia Naval avocándose con su apoyo y comprensión al cuidado de nuestros hijos, permitiéndome llegar a buen puerto en mis actividades profesionales.

En mi tiempo libre he practicado el Modelismo Naval, hobby que me ha permitido fabricar la totalidad de los buques de la Armada y piezas de Artillería que adornan los rincones marineros de importantes autoridades y marinos. En la actualidad, terminé el curso de buceo deportivo y estoy realizando el Curso de Piloto Privado de Avión en el Club Aéreo Naval de Concón.

A las futuras generaciones de Marinos les recomiendo que sean esforzados y trabajadores desde el primer momento. Caminen con la frente en alto, tomen buenas decisiones, rescaten y conserven las tradiciones de nuestra Armada y los valores que nos entrega. A futuro verán los frutos reflejados en satisfacciones personales, profesionales y familiares.

Rolando Vargas Rivera

Suboficial Mayor

Centro de Entrenamiento de la Armada