Derrotero del Almirante - Diciembre de 2016

Con el fin del año, son muchos los ciclos que finalizan y por ello, es un buen momento para detenerse y realizar una revisión de lo acontecido, reflexionar y sacar experiencias de un año que ha sido particularmente intenso y con variados objetivos logrados. Asimismo, el fin del año nos permite mirar el futuro con optimismo, conscientes que el próximo año también presenta importantes cambios y desafíos profesionales, los cuales debemos enfrentar con el mismo profesionalismo que durante el 2016, y lo que nos permitió sortear con éxito las distintas problemáticas que aparecieron en nuestro track.

Hemos, a lo largo de este año, alcanzado los objetivos que nos trazamos, tanto en lo operativo como en lo logístico, así como también en el ámbito del personal de la Marina. En este último punto, se han cumplido las metas propuestas en lo referente a habitabilidad y parque habitacional, mejorando así las condiciones de vida de nuestras dotaciones, objetivo primordial de mi gestión de mando. Estoy cierto que las necesidades en ese ámbito son muchas, pero poco a poco hemos logrado concretar proyectos que van en directo beneficio de nuestras familias.

Por otro lado, en lo operativo, debo destacar la participación nacional en RIMPAC 2016, el ejercicio marítimo multinacional más grande del mundo, donde Chile tuvo una destacada y preponderante intervención, tanto en la planificación como en la ejecución de éste. Actuaciones como ésta, sin duda que honran a la Armada y al país, manteniendo el merecido prestigio que, en los casi doscientos años de historia, ha forjado nuestra Institución. Sin duda que en lo sucesivo, continuaremos por la misma senda, incluso asumiendo mayores responsabilidades en RIMPAC, marcando el rumbo que las nuevas generaciones deben adoptar para hacer más grande a Chile y su Marina.

Pero el término del año también es el momento de despedir a aquellos que, luego de largos años de servicio, cumpliendo trasbordos embarcados y en tierra, en Chile y en el extranjero, se acogen a retiro. Quienes están en esa condición especial deben sentirse orgullosos de lo hecho en esta larga singladura.

Con un aporte sincero, sacrificado y profesional, los que ahora dejan el servicio activo, han sido un aporte relevante a los procesos institucionales, potenciando de manera preponderante a la Armada y mejorando sus capacidades y alistamiento operativo.

Las interminables horas de trabajo esforzado y sacrificios, los días fuera del hogar, que obligaron muchas veces a postergar los intereses personales y familiares, comprometen nuestro reconocimiento y agradecimiento por su leal entrega al servicio. Por ello, como Comandante en Jefe de la Armada, quiero desearles el mejor de los éxitos en la singladura que ahora comienzan, con un navegar tranquilo y sin sobresaltos, en la compañía de sus seres queridos.


Almirante Enrique Larrañaga Martin
Comandante en Jefe de la Armada